APRENDIZAJE COOPERATIVO

“No es una metodología más, es una actitud, una forma de entender la educación y una clave de lectura aplicable a nuestra propia vida”

Desde el conjunto de los centros educativos La Salle, concebimos la educación como un proceso de enseñanza – aprendizaje en el que los alumnos son los principales protagonistas de su propia formación y crecimiento personal. Por tanto, nuestro principal objetivo, no solo se limita al ámbito de la formación académica, sino que nuestra última intención es la de gestar individuos que, el día de mañana, puedan convertirse en ciudadanos, responsables, felices y capaces de convertir nuestra realidad en un lugar mejor.

En este sentido, los educadores lasalianos, nos hemos convertido en auténticos “mediadores testigo” que acompañan al alumno a lo largo de su nutrido proceso de formación personal, cultivando en ellos una auténtica “cultura de la cooperación” que sirva de piedra angular, tanto de su progreso educativo, como de sus relaciones interpersonales.

Por todo ello, en nuestro centro, y como aval de un estilo de enseñanza personalizado, inclusivo y centrado en el desarrollo integral de cada individuo, hemos convertido el Aprendizaje Cooperativo en la base del modelo pedagógico implantado en la totalidad de las etapas educativas de nuestro colegio, desde Educación Infantil hasta Educación Secundaria.

¿Cómo lo llevamos al aula?

“Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Si uno cae, lo levantará su compañero” (Ecl. 4:9-10)

En un mundo en el que el individualismo, la competitividad y el interés personal han logrado empañar buena parte de nuestra realidad, como centro educativo, sentimos la necesidad de introducir, a través de un modelo educativo válido y fiable, un cambio de paradigma que permita que nuestros alumnos de hoy puedan llegar a convertirse en unos ciudadanos del mañana justos, solidarios y entregados a los demás.De cara a la consecución de tal necesario fin, implementamos cada día el Aprendizaje Cooperativo en nuestras aulas a través de las siguientes líneas de actuación concreta:

  •  División del alumnado en pequeños grupos de trabajo. Su requisito debe de ser buscar la mayor heterogeneidad posible como principio de riqueza, sin renunciar a la identidad personal de cada alumno al tiempo que se aspira a la cohesión de todos sus integrantes.
  • Asignación de “Roles” determinados para cada alumno (coordinador, secretario, portavoz,etc), destinados a asegurar el buen funcionamiento del equipo y un adecuado clima de aula (control del tono de voz, orden, puesta por escrito de acuerdos, reparto equitativo de tareas, etc).
  • Puesta en escena a lo largo de las sesiones de clase de una serie de técnicas cooperativas orientadas hacia la estimulación de la participación e implicación de los integrantes de cada equipo y siempre vinculadas al innovador horizonte abierto por las “Nuevas Pedagogías” (Rutinas de pensamiento, Razonamiento Crítico, Visible Thinking, etc)
  • Salvaguardia de los principios rectores del Aprendizaje Cooperativo en el aula, como son:
  1. La interdependencia positiva entre los miembros de cada grupo.
  2. La responsabilidad personal y compartida.
  3. La interacción motivadora.
  4. Las habilidades socio-afectivas.
  5.  La autoevaluación periódica.

¿Que beneficios tiene en nuestros alumnos?

“Aprendemos el 95% de todo aquello que somos capaces de enseñar a los demás” (William Glasser, “Teoría de la Elección”).

Como educadores, una de nuestras mayores ambiciones es lograr el éxito y la promoción académica de nuestro alumnado. Sin embargo, tras años de apuesta por el Aprendizaje Cooperativo como hilo conductor de nuestros esfuerzos pedagógicos, hemos podido constatar que sus positivos resultados superan, con creces, las fronteras de lo estrictamente curricular.

De este modo, entre sus amplios beneficios podemos destacar los siguientes:

  • Potencia los resultados y el rendimiento académico.
  • Mejora las habilidades sociales y relaciones interpersonales no solo entre el alumnado, sino también entre el resto de los miembros de la comunidad educativa.
  • Promueve la adquisición de valores de crucial importancia en nuestra sociedad, como pueden ser la empatía, la asertividad y la escucha activa.
  • Refuerza la motivación y las ganas de aprender del alumnado, generando un clima de aprendizaje e interés colectivo y significativo.
  • Incrementa la autonomía, convirtiendo al alumnado en el verdadero protagonista de su proceso de construcción de conocimientos y competencias, al mismo tiempo que facilita la inclusión y atención de la diversidad.