El cuento “El silencio el silencio de la oscuridad” de la familia de J.D.L.P de 3º de Primaria A obtuvo el segundo premio del concurso de cuentos. Disfruten con esta historia:


EL SILENCIO DE LA OSCURIDAD

  • ¡OH, Dios mío!, se lamentaba Juan.

Juan era un huérfano simpático, divertido, y algo travieso, pero de noche era terriblemente asustadizo. Tenía pánico a la oscuridad y, porque no admitirlo, también a la señorita Tosca.

 La señorita Tosca era, como decirlo, ¿seria? ¿exigente? ¿áspera? a Juan le faltaban antónimos, ¿o eran sinónimos?, definitivamente tenía que prestar más atención en clase. Y es que, cuando anunciaba la hora de lavarse los dientes y dormir, Juan creía verle los ojos rojos, cuernos y hasta cola de demonio. Bueno puede que Juan exagerara un poco, pero es que realmente le daba miedo la señorita Tosca.

 Cuando todos los niños se fueron a dormir, Juan ya estaba en su cama temblando. En la habitación le acompañaba Max, su compañero de litera y amigo.

  • Me muero de sueño, necesito que mañana no suene la campana hasta las 12:00 ¡Madrugar apesta! – se quejó Max.
  • Pero si mañana es sábado y nos levantamos a las 10:00 – replicó Juan.
  • Por eso lo digo, ¿qué mente retorcida se levanta al alba un sábado?

Juan sonreía ante las ocurrencias de su amigo. Envidiaba que Max no tuviera miedo a la oscuridad y amara tanto dormir. Cuando se dio cuenta habían pasado solo unos minutos y ya solo se oía la lenta respiración de su amigo, y más allá, nada, solo el silencio de la oscuridad.

De pronto lo oyó, ¿era una risa malvada? ¿un lamento? El pánico no le dejaba oír con claridad.

  • ¿Quién anda ahí? – la voz de Juan apenas era un susurro.
  • ¿Quién yo? ¿me puedes oír? ¡Oh! nunca nadie me había hablado.

 Alguien hablaba, pero Juan era incapaz de abrir los ojos.

  • No sé quién eres, pero no… no… ten…ten… tengo miedo- balbuceó Juan.
  • Dijo el niño con los ojos cerrados y con un claro tartamudeo- señaló la voz. – soy Oscuridad y vengo todas las noches a traer a los niños aventuras de piratas, princesas o lo que ellos quieran.
  • ¿Aventuras? A mí me gustan los piratas. Pero en la oscuridad todo me parece terrible.
  • ¡Oh! Pero eso es porque no te permites darme la mano y dejar que te lleve a los lugares más mágicos y divertidos que puedas imaginar. Junto a mí no solo dormirás como un príncipe sino que podrás vivir las aventuras que de día no puedes.

Juan lo pensó y decidió darle una oportunidad a Oscuridad. ¿Y si Oscuridad tenía razón?

Así sus noches cambiaron para siempre. No solo dormía plácidamente, sino que vivía intrépidas aventuras, incluso veía a la señorita Tosca simpática y cariñosa, como un ángel. Ahora Juan deseaba que llegara la hora de dormir para ver con que aventura le sorprendía Oscuridad.

FIN.