115 años llevan los Hermanos de la Salle formando Comunidad en Arucas de forma ininterrumpida. Comunidad significa familia, fraternidad, compartir ilusiones, soñar en hacer la Misión realidad y luchar, poniendo los medios, para que todo el alumnado encuentre su camino de felicidad.

Pero hoy, la Comunidad Lasaliana de nuestro Colegio, es mucho más amplia, rica y grande que hace años. Viven en Arucas, pero animan y acompañan los procesos educativos y la Misión de los Lasalianos de Agüimes, los Lasalianos de La Salle – Antúnez y los de nuestro propio Colegio de Arucas.

En concreto, está formada por seis Hermanos, una Asociada y dos jóvenes migrantes acogidos. El H. Emiliano Villalba, veterano de nuestra Comunidad, que junto a los más pequeños del Colegio y su huerto escolar contagia alegría y mucha ilusión con sus 88 años. El H. Luis Izquierdo, en su laboratorio, programando y haciendo realidad las prácticas para que nuestros alumnos más mayores comprendan la importancia del saber científico. El H. José Luis Posteguillo, poeta, cantor y músico, presente en todos los recreos, ayudando a alumnos con dificultades y dando una nota de color  allá por donde pasa. El H. Vicente Bartolomé, presente en La Salle Antúnez, dinamizador del huerto, Godly Play y aportando su presencia y ayuda donde fuera necesario. El H. Jesús Miguel Salazar, Director del Colegio, profesor de filosofía y religión. Y el joven de la Comunidad, el H. Miguel Marcos, teacher de inglés y economía, presente en los dos Colegios y dinamizador pastoral. También, este año, se incorpora a la Comunidad Doña Ana, nuestra profe de lengua y literatura, que recientemente realizó su compromiso de Asociada a la Misión Educativa Lasaliana, queriendo vivir con fuerza, su vocación de educadora. Por último, Imad, joven de Marruecos y Djibril, joven de Mali que, al salir del centro de menores por cumplir 18 años, la Comunidad los acogió para que pudieran seguir su proceso formativo.

Esta es nuestra Comunidad. Las puertas de nuestra casa están siempre abiertas para acogerles y poder compartir y seguir creciendo juntos. Gracias porque a través de ustedes, niños, adolescentes, jóvenes y educadores, encontramos a Jesús de Nazaret, motor de nuestras vidas. Gracias.