A un mes del comienzo de curso y con el otoño intentando aterrizar entre las temperaturas estivales, divisamos un semáforo en rojo que nos invita a reflexionar. En muchas ocasiones las prisas se instauran en nuestros días, a veces creemos ganarle la carrera al reloj… Es necesario recordar que nuestros niños poseen un radar natural; son capaces de detectar a esas personas que los conducen por la vida sin apenas levantar el pie del acelerador.
Sí, este año hablamos de tiempo. Tiempo de calidad. Pretendemos cuidarnos, deseamos cuidar. A lo largo de estas semanas hemos procurado defender nuestro lema cada día. Respetamos los Stop que marcan nuestros alumnos y reducimos la marcha. Cuidamos a los niños y a los chicos poniendo nuestra mirada y nuestra escucha a su disposición. Intentamos leer esas pupilas llenas de ilusión, intentamos descubrir sus necesidades. Nuestros niños tienen mucho que contarnos, sólo necesitan tiempo para expresarse. Tiempo de atención para crear su mejor versión.
Deseamos de todo corazón que este curso sea un año de cuidado y autocuidado, un curso donde el velocímetro marque habitualmente el respeto, la ternura y el amor.
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